Antes de que otra cosa suceda
quiero encontrarme contigo,
reconocerte
hasta que ya no queden misterios
y entonces sí,
vámonos a donde tú quieras,
al sitio más oscuro de mi ventana,
a la luna más macabra de mi cuarto,
tan sólo
para darte la bienvenida que mereces:
¡Hola, mi querida soledad!
domingo, marzo 04, 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)