miércoles, agosto 09, 2006

Recordando a un amigo...

El texto siguiente lo escribió mi mancuerna perfecta hace ya algunos años. Se los paso como es:
Cuarto de agua


Para Susanita Palafox desde mi mundo feliz

Por Josué Gutiérrez
Esa madrugada Karla entró de puntitas a su casa. Esquivó perfectamente la mirada severa de sus padres, que la veían desde los retratos de la sala.
Abrió con cuidado la puerta y se sumergió en la oscuridad de su recámara, que por fin, después de veinte años, era para ella sola.
Con toda la perfección del mundo colocó a ciegas el compacto; en unos segundos la voz del Morrison se hizo presente -solo de teclado al estilo Vossanova y luego el Rey Lagarto.
Karla comenzó a ejecutar sus clásicos pasos de baile, un pie adelante –talón, punta- mano izquierda arriba, etc. Soltó una leve carcajada que inmediatamente ahogó entre sus manos para no ser descubierta.
Después de dilatadas las pupilas pudo acercarse al minirefrigerador -último regalo de papá- para extraer su especialidad: batido de naranja, válium y tequila. Con un poco de esfuerzo levantó el vaso hasta la boca y bebió entre jadeos. No había pasado el trago final, cuando emprendió la vertiginosa carrera hacia el privado. En un instante abrió la puerta que separaba a su cuarto del baño, encendió la luz, alzó la tapa y se arrodilló, pero a la hora de la verdad recapacitó en el desperdicio que eso significaría. Decidió que con un buen baño de agua fría todo se arreglaba. Se fue gateando hasta la tina y abrió la llave todo 10 que pudo; luego se sacó el vestido - rosa y de tirantitos- y lo tiró por ahí. Tan graciosa como una modelo de ropa interior para niñas, regresó a la recámara, cerrando la puerta del baño al salir.
Mientras el agua llenaba la tina, Karla se acercó a la luna de su cómoda y encendió la luz (blanca fluorescente) para examinarse los ojos. Bajó la mirada por error y se topó con las pequeñas figuritas amarillas que simulaban hombres: "Mataste a mis muñecos de plastilina", dijo mientras punteaba con el dedo.
La voz del Morrison empezaba a cansarse y mejor tuvo que cambiar de disco; esta vez le. tocó a Fobia, puso el compacto y aplastó el número dos.
Entre el ruido del agua corriendo se escucharon los gritos del vocalista: "Ay pero ya no seas así y di porque no quieres ir a chapotear bajo el mar"
Karla siguió el ritmo conforme se acercaba de nuevo al refrigerador para tomar otra bebida. En ese momento se percató de que el agua ya no sonaba, cambió de rumbo y enfiló hacia el baño. Los pies descalzos sintieron la alfombra humedecida al instante en que su mano daba vuelta al picaporte.
"Ay pero ven nomás tantito voy a enseñarte un pescadito que al nadar puede chiflar".

Flotando en medio de aquella impecable claridad, la confusión de Karla se hacía cada vez más grande. Tan sólo recordaba el agua entrando a borbotones sin que pudiera evitarlo; luego los hombrecitos de plastilina nadando como locos por el espacio de su habitación, y finalmente, ella misma envuelta por una delicada atmósfera líquida. Era demasiado malo para ser verdad, y aún más para soportarlo. El estómago le dio un vuelco y expulsó todo el tequila, las pastillas y el jugo de naranja que había almacenado durante la víspera. Buceando en su propio vomito, Karla recordó las palabras de Godard: "¿Qué prefieres, el dolor o la nada? El dolor, porque la nada es la nada y el dolor eres tú". Ella sólo respondió con un sollozo:"la nada".
"Y verás al pepinillo marino contemplando el universo submarino/ y verás al pepinillo marino conquistando el universo submarino..."
Por la mañana, la señora Fimbres encontró el anillo que Karla había perdido hacía una semana, lo tomó entre sus dedos y murmuró: "las personas que barren se encuentran muchas cosas". Efectivamente, ella fue la que encontró a Karla recostada en la tina de baño con la cara más pálida que de costumbre.

31 de mayo de 1995

1 comentario:

Álex Ramírez-Arballo dijo...

Josué,

Acá tengo el pepinillo marino!!!

Jaja, saludos

alx